«DeMente», es una obra de baile y música tradicional gallega para público adulto de 60 minutos de duración. Su elenco está compuesto por ocho bailadoras y bailadores, acompañados de la música del compositor y músico multidisciplinar Cristian Silva Bóveda. Todo esto se desenvuelve dentro de un marco escénico y con un vestuario diseñado por Carlos Alonso Alonso, junto con el diseño de iluminación de Fidel Vázquez Díaz. La parte más física y la estética contemporánea se presenta a través de los ojos de la bailarina y coreógrafa catalana Carla Diego Luque como directora artística.
Unas líneas de «DeMente»:
En «DeMente» plasmaremos una realidad, un estigma, unas patologías que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) sufrieron, sufren o sufrirán en algún momento de su vida una de cada cuatro personas. La reclusión prácticamente carcelaria de las personas «dementes» en tiempos pasados, los amontonamientos de personas enfermas, las contenciones mecánicas totales y parciales, así como las contenciones químicas (antipsicóticos y otros medicamentos), los suicidios («El loco que entraba en el manicomio solo le quedaba esperar a la muerte.»), la explotación de la enferma, «los almacenes de carne humana»…
De este modo, pondremos en escena la evolución de los tratamientos en personas que padecen trastornos mentales, desde los amontonamientos prácticamente carcelarios hasta la externalización de nuestros días. ¿Por qué las dolencias mentales nos dan tanto miedo? ¿Por qué coloquialmente utilizamos expresiones como «estás para encerrar», «estás para atar», «estás loco»? ¿Pensamos que una solución para el «loco» o la «loca» tiene que ser un encierro o sufrir algún tipo de contención mecánica o química?

Es necesaria la integración en la sociedad y la normalización como otro tipo de dolencia, luchar contra el estigma. Estas y muchas otras cuestiones serán tratadas en escena. Como se decía en una carta de una persona «demente» al director del Manicomio de Conxo en los años 40: «no son los pobres locos reconocidos los que hacen daño al planeta, sino los grandes locos por reconocer».
Ejemplificaremos algunas de estas dolencias y también el trauma que suponen: «Nunca traté con un paciente con esquizofrenia con una vida que, tal y como la experimentó el paciente, no me volviera loco a mí o a cualquiera.» (Bertram P. Karon).
Espectáculo subvencionado a través de las ayudas a la creación escénica.